El sector salud de Oaxaca no cuenta con suficientes pruebas rápidas para confirmar casos de COVID-19 y sus variantes Ómicron, Delta, Gama y Lamda, entre otras, mientras que en el sector privado, cada prueba tiene un costo de hasta de 2 mil pesos, aunque no hay una supervisión médica sobre su efectividad y eficiencia.
Al calificar de preocupante el incontrolable avance de contagios, que en las últimas 24 horas alcanza los 697 casos en 89 municipios, los médicos llamaron esta cuarta oleada como el “Tsunami Sanitario” del siglo, porque infecta a hombres y mujeres de todos los grupos etarios, sin distinción de credos y razas.
Por el momento, el sector salud aplica pruebas rápidas de COVID bajo estrictas reservas, que no va más allá del 10 por ciento de las personas infectadas. Solamente se aplica a todos las personas que están hospitalizadas, sin embargo, para quienes solicitan la prueba para su centro de trabajo se les pide acudir a laboratorios privados, aunque no todos cumplen con las normas sanitarias para ello.
Personal de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), cuya identidad se encuentra en reserva, reiteran que sin duda, el semáforo epidemiológico en la entidad debería encontrarse en color rojo de muy alto riesgo, no por la ocupación hospitalaria, sino por el incremento en casos positivos, al igual que por la presencia del dengue, las variantes de COVID-19 y las enfermedades metabólicas.
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