26 de julio de 2024

La verdad de Oaxaca

El periódico de los oaxaqueños

En Juchitán, en el istmo de Oaxaca, la muerte tiene permiso

El señalamiento directo, así, sin medias tintas, por parte del ejecutivo estatal al ayuntamiento de Juchitán de Zaragoza, la semana pasada, en el sentido de que en el mismo Cabildo hay nombres de capos de la mafia, no es algo que deba ser soslayado.

Aunque luego reviraron, es un tema serio. Esta ciudad istmeña ha sido calificada en los últimos tiempos, como una de las más violentas en el país.

Diez ejecuciones en menos de una semana, de las cuales nueve fueron mujeres, incluyendo una adolescente y una menor de cuatro años, no es poca cosa.

No es la primera vez que esta ciudad ha sido puesta en el eje de la crítica y la descalificación ciudadana.

Por supuesto que ahí la muerte tiene permiso. Es nota cotidiana en las secciones policíacas de los medios impresos y electrónicos.

Porque, además, existe una tradición por usos y costumbres que no se permite a la autoridad dar fe o cumplir con la ley en casos de homicidio.

Antes de que llegue el Ministerio Público, la familia levantó el cuerpo.

Son bandas locales –dijo el edil de Juchitán hace unos días-, cuando se le cuestionó sobre tres acciones de grupos armados en viviendas los días 2, 3 y 6 de febrero.

Asesinar a inocentes no tiene nombre. Algo aberrante, desde cualquier punto de vista. Ya no hay códigos entre los criminales.

Aquí todos se conocen, también dijo. Y se fue sobre acciones municipales en tareas de prevención, echándole la bolita al Fiscal General del Estado.

La lógica de que estos crímenes son venganzas entre bandas que se conocen entre sí, suena como una película de aventuras.

El Istmo de Tehuantepec está permeado por el crimen, las ejecuciones y los atentados. Apenas el domingo ocurrió un incidente criminal en contra de un presidente municipal.

Y en el homicidio de nuestro compañero, Heber López, perpetrado la semana pasada, hoy se sabe, los presuntos autores materiales tienen vínculos políticos.

Empero, más allá de los señalamientos o la defensa del gobierno teco, Juchitán y su zona conurbada requieren, a la brevedad, de acciones enérgicas por parte de la Federación y el gobierno estatal.

Pero no de operativos como los que se pusieron en marcha luego del triple homicidio del 2 de junio de 2018, cuando masacraron a dos mujeres y un hombre, sino de una estrategia de seguridad concertada y eficaz.

Resulta contradictorio que aquellos que se presumen apoyan el proyecto presidencial del Corredor Interoceánico y exhiben de dientes para afuera su sumisión a la Cuarta Transformación, sean presuntos cómplices por acción u omisión, de actividades ilícitas que derivan en crímenes como los cometidos en los últimos días. (JPA)