Dolor menstrual que cada mes aumenta en tiempo e intensidad, puede ser endometriosis, padecimiento que afecta entre 30 y 40 por ciento de las mujeres y en algunos casos provoca infertilidad, por lo que el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) recomienda, ante la presencia de estos síntomas, acudir a sus unidades médicas para un adecuado diagnóstico y tratamiento.
En el marco del Día Mundial de la Endometriosis, el especialista en ginecobstetricia del Servicio de Biología de la Reproducción Humana, del Hospital Regional “1° de Octubre”, Gaudencio Islas Cruz, señaló que el síndrome doloroso —que va de mediana a alta intensidad— es posible que se presente incluso desde la menarca, es decir, en la primera menstruación en niñas o adolescentes, o también en mujeres de más edad; es un signo que amerita la evaluación médica, ya que su atención temprana mejora su control y pronóstico.
El endometrio es la capa que recubre la parte interna del útero, el cual se deprende cada mes dando lugar a la menstruación y se regenera por efecto de las hormonas.
En caso de que haya embarazo, el endometrio es un campo fértil para nutrir al óvulo fecundado.
La endometriosis ocurre cuando el endometrio, que normalmente debe estar dentro de la cavidad uterina, se distribuye fuera de ésta —en la cavidad pélvica—, dando lugar a una endometriosis externa. “Es un tejido aberrante, que va a crecer y va a sangrar como si estuviera menstruando la paciente y le produce irritación peritoneal, que se expresa con la dismenorrea” o síndrome de cólicos intensos, explicó.
Este dolor tiene la característica de ser progresivo.
“En un ciclo duele poco tiempo y es de baja intensidad, al siguiente ciclo duele más y por más tiempo; conforme pasa cada ciclo menstrual la dismenorrea aumenta gradualmente y llega a ser muy fuerte”, detalló. Además, produce inflamación de la cavidad peritoneal y va ocasionando adherencias en esta zona, lo cual es una causa frecuente de infertilidad.
Mujeres que llegan a presentar dismenorrea deben solicitar atención médica para estudiar sus características; si es de tipo progresivo, se recomienda hacer una laparoscopía, que consiste en meter un tubito con una cámara a través del ombligo y revisar cómo se encuentran las trompas, los ovarios y el entorno al útero.
“En esta exploración laparoscópica verificamos si hay lesiones características de la endometriosis, que son como granos de pólvora, puntos negros en la cavidad peritoneal o inclusive pueden registrarse lesiones como tumores achocolatados, entre rojos y negros. Su tamaño es variable, desde medio hasta cuatro a cinco centímetros”, explicó.
La primera atención terapéutica es con analgésicos; si éstos no son suficientes para controlar la amenorrea quiere decir que muy probablemente hay endometriosis.
Dado que esta es una patología hormono dependiente, un segundo esquema consiste en disminuir la cantidad de estrógenos que produce la paciente.
A este se suman fármacos antinflamatorios. En muchos casos es suficiente para su control, indicó el especialista.
Cuando hay endometriomas grandes, dijo, el tratamiento consiste en resecarlos y las lesiones pequeñas dentro de la cavidad peritoneal, en ovarios o las trompas, se pueden electrofulgurar, es decir, quemar y eliminar.
Hay que dar un seguimiento y manejo de los antiestrogénicos de cinco a seis meses con una adecuada vigilancia.
No hay cura para la endometriosis; se controla. La detección en etapa temprana y oportuna evita que cause más lesiones.
Es posible que después del tratamiento, las mujeres logren embarazarse, lo cual favorece mantener en control el padecimiento, concluyó Islas Cruz.
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