Alfredo Martínez de Aguilar : Detras de la Noticia
* La menuda y esbelta figura de la historiadora Isabel Revueltas Poo se agiganta y robustece al afirmar que no basta la sororidad para frenar la brutal violencia contra las mujeres en México.
* Considera que es indispensable la participación de las mujeres como legisladoras para romper esquemas y paradigmas patriarcales que garantizan mayores esferas del poder a los hombres.
¿Si las mujeres son madres y maestras de la historia, construyen países, son la mayoría de la población, todo lo ven y oyen, por qué no logran evitar la creciente violencia en su contra?
La menuda y esbelta figura de la historiadora Isabel Revueltas Poo se agiganta y robustece al afirmar que no basta la sororidad para frenar la brutal violencia contra las mujeres en México.
La autora del libro Hijas de la Historia, Las mujeres que construyeron a México, privilegia a la trascendencia de la solidaridad fraterna más allá de la sororidad, que de suyo es importante.
Rechaza enérgicamente la expresión machista y misógina que el mayor enemigo de las mujeres son las propias mujeres, sostiene que estas son sumamente solidarias a lo largo de la historia.
La catedrática del Departamento de Arte de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y fundadora del curso privado La historia sin mayúscula, apuesta a la educación para lograrlo.
La promotora cultural del patrimonio, las artes y la historia del país hace suya la frase del escritor, Francisco Martín Moreno ¡Las mujeres al poder porque los hombres sólo han hecho el ridículo!
Considera que es indispensable la participación de las mujeres como legisladoras para romper esquemas y paradigmas patriarcales que garantizan mayores esferas del poder a los hombres.
Atribuye a la cultura machista patrimonialista de los gobiernos encabezados por hombres que no interese perfeccionar la paridad de género y arribar a la plena igualdad entre hombres y mujeres.
Charlamos a la internacionalista, maestra investigadora e historiadora del arte especializada en historia de México sobre qué hacer ante las desapariciones y asesinatos de mujeres y feminicidios.
La presentación del libro, en el auditorio del Archivo General del Estado, a invitación del Colectivo 50+1, dio oportunidad de compartir cuestionamientos sobre la violencia por razón de género.
Presidieron el acto la diputada Mariana Benítez, Mariana Nassar, secretaria de Administración; la secretaria de las Mujeres, Ana Vásquez Colmenares, y la secretaria de las Culturas, Karla Villacaña.
Correspondió a la doctora en geografía e historia Margarita Dalton, profesora-investigadora del CIESAS y activista por los derechos de la mujer, hacer la presentación del libro Hijas de la Historia.
A pesar de su determinación, estas mujeres sufren los embates de su tiempo y de los hombres que no las entendían sostuvo la ex presidenta del Grupo de Estudios de la Mujer Rosario Castellanos.
“Todas estas mujeres han ido abriendo brecha y dejan enseñanzas para las mujeres de la actualidad a tener determinación y que podemos dedicarnos a lo que queremos”, manifestó.
Benítez Tiburcio destacó que el libro refleja lo que muchas quieren, buscan y trabajan todos los días: visibilizar en la historia el trabajo, el legado, la influencia y poder que han tenido las mujeres.
Se trata de una lectura obligada, sobre todo porque todas las mujeres, desde sus trincheras, desde la política, ámbito social y cultural, están contribuyendo a forjar los cambios en el estado y el país.
El libro relata la vida de diez mujeres en la historia nacional desde el México prehispánico y la Conquista, el virreinato, la Guerra de Independencia, México independiente, el Porfiriato, la Revolución y el siglo XX.
Los últimos cinco siglos son marcados por Malintzin, Tecuichpo, Catarina de San Juan, Sor Juana Inés de la Cruz, la Güera Rodríguez, la Marquesa Calderón, Concepción Lombardo de Miramón, Carmen Serdán, María Antonieta Rivas y Dolores del Río.
La obra es una invitación para descubrir, bajo una nueva óptica a diez mujeres mexicanas que cuestionaron las costumbres de su época, decidieron cambiar su destino y, así como el rumbo de nuestro país.
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