En la cama del área de escolares del Hospital General Doctor Aurelio Valdivieso, en la ciudad de Oaxaca, la vida de Emma de 2 años y 6 meses de edad ha comenzado a apagarse porque aquí no existe la capacidad técnica ni médica para retirarle los microabsesos que se formaron en su cerebro.
«La nena ya no despierta, nos escucha, se mueve, pero ya no habla, pasa la mayor parte del tiempo durmiendo», relata con dolor su abuela materna América, quien al igual que su hija Admary espera el milagro de que algún hospital de tercer nivel pueda recibir a Emma.
Aunque es originaria de Huajuapan de León, en la región de la Mixteca, Emma nació el 27 de junio de 2021 en el Hospital Valdivieso con hidrocefalia leve.
En enero de 2023 en el Hospital de la Niñez Oaxaqueña debió ser operada por un meningocele, como se le conoce a un saco de líquido en la columna vertebral.
«Todo marchó muy bien, la dieron de alta a los dos días y siguió creciendo como una niña normal que ya podía hablar y caminar», recuerda su abuela América.
A principios de noviembre del 2023, Emma comenzó con fiebre, que iba y venía, lo que hizo pensar a su familia que era un resfriado, hasta que convulsionó. El que empezara a pasar más tiempo dormida encendió las alertas y lograron hospitalizarla el pasado 18 de noviembre en el área de escolares del Hospital Valdivieso.
Durante esa hospitalización el personal médico detectó que en su cerebro el líquido con el que nació aumentó de volumen y decidieron colocarle una válvula en la cabeza, para drenarlo.
Se la pusieron, pero por una infección estuvo 15 días más y el 18 de diciembre la dieron de alta, nos fuimos a Huajuapan, pero el 2 de enero empezamos a ver que sus ojos aumentaron de tamaño y Emma empezó a decaer», recuerda su abuela materna.
Decidieron llevarla al Hospital Valdivieso el 4 de enero y en la madrugada siguiente convulsionó, lo que orilló a que en área de urgencias le hicieran los primeros estudios.
«El agua de su cabecita empezó a salir turbia y apenas el lunes pasado llegaron los resultados de un cultivo que les permitió saber que en el líquido hay una bacteria, por lo que se requería una tomografía de contraste», pero la situación se complicó por la aparición de un quiste o microabseso.
«Acá no tienen el equipo y el personal médico no tiene la capacidad para intervenir», lo que obligó enviar referencias al Hospital de la Niñez Oaxaqueña, al Instituto Nacional de Pediatría y el Hospital Infantil de México Federico Gómez, pero en ninguno hay lugar.
«Estamos desesperadas. Ya no sabemos qué hacer, mi hija está preparada para esperar el final, pero me niego a que mi nieta se muera», por lo que América clamó ayuda para que Emma pueda ser intervenida pronto.
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