Una estrategia política bien diseñada no requiere en ningún momento atacar y contraatacar las debilidades personales del contrincante electoral para frenar su avance o impedir una posible nominación a un cargo de elección popular.
Los aspirantes electorales provenientes de la clase empresarial y de origen ciudadano no requieren de las argucias de la vieja política, ya que su imagen y trayectoria en la generación de empleos y oportunidades para la gente en las ciudades donde tiene sus negocios hablan más fuerte que la guerra sucia.
Diversos encuestas públicas y privadas recientes indican que la aceptación social de estas personalidades en Oaxaca les permite ser más competitivos que los políticos herederos de apellidos y del capital político familiar o de las viejas estructura anquilosadas de poder.
La división entre los aspirantes del oficialismo, las renuncias de un partido a otro y las disputas internas de excompañeros y la carencia de resultados, permiten también que los perfiles empresariales sean mejor evaluados y que de ser elegidos en sus procesos internos pueden dar la sorpresa en todas las ciudades en donde compitan.
En Oaxaca no es la excepción, el perfil de un fuerte empresario que hace muy poco tiempo hizo pública su intención a participar por la alcaldía pone a temblar a las viejas estructuras y a los que buscan mantener el gobierno.
Esta tendencia es avalada por los miles de electores que no tienen definido su voto o manifiestan un alto malestar provocado por las deficiencias en los servicios públicos.
La estrategia del empresario no solo ha sido efectiva en posicionarse -bajo las siglas del partido que lo considera para la postulación, sino que ha logrado ser aclamado, naturalmente entre los empresarios, y principalmente entre mujeres de 18 a 44 años, de niveles C y C- (medios y medio bajo) logrando así que de ser elegido llegaría con índices de empate técnico con el contendiente del morenismo que puntea las encuestas.
Todo aspirante a un cargo de elección popular en el proceso electoral del 2024 con altas probabilidades de triunfo debe responder no únicamente a las circunstancias o a las necesidades y demandas sociales del momento, sino que su perfil y trayectoria debe acompañar la fórmula para hacerlo posible.
Hoy parece que, si se toman las decisiones políticas correctas, no solo gana el partido que lo postula al empresario, sino que gana toda la gente de Oaxaca que está sofocada de la política vieja de los que hoy se extinguen y devoran entre ellos mismos y un oficialismo que no da resultados.
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