Bonavides participaba en una dinámica de preguntas y respuestas donde, como castigo, se daban toques eléctricos. Tras ser sancionado, los conductores prosiguieron con la máquina, pero el histrión repentinamente se tocó el pecho previo a caer al suelo.
Luego de lo que pareció ser una pérdida del conocimiento, comenzaron las preguntas: “¿qué pasó?”, “Carlos, ¿estás bien?”. Además de llamar a los paramédicos, mandaron a una pausa comercial. Después aclararon que se trataba solamente de una broma.
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