17 de abril de 2024

La verdad de Oaxaca

El periódico de los oaxaqueños

218 puestos del mercado Lula’a, los vende el municipio al mejor postor

Este mercado recién construido junto a la ribera del Río Atoyac, en las inmediaciones de la Central de Abasto, fue diseñado originalmente para reubicar a todos los vendedores ambulantes que invadieron el Zócalo, La Alameda de León y el Centro Histórico, incluidos los «Triquis», que llevan ya diez años invadiendo.

Sin embargo en este punto, el municipio capitalino, que encabeza Francisco Martínez Neri, en manos de Felipe Canseco Ruíz, ha decidido vender los puestos a personas que nada tienen que ver con el propósito original por el que fue construido este mercado, liberar las vialidades y el Centro Histórico de vendedores ambulantes e invasores.

El día de ayer en la página de Facebook Dirección del Mercado de Abasto de Oaxaca de Juárez, publicaron lo siguiente:
Por indicaciones de nuestro Presidente Municipal Mtro. Francisco Martínez Neri y bajo la coordinación de nuestro secretario de Gobierno el Lic. Felipe Edgardo Canseco Ruíz y en acompañamiento con la Mtra. Lucina Peralta Trujillo jefa del departamento de Censo y Estadística, se dió inicio a la entrega de Constancias de Concesión del Mercado Lula’a con la finalidad de apoyar al comercio oaxaqueño y reactivar la economía.
Por lo que en esta semana se estará dando inicio a las actividades comerciales de este Mercado y se hace la extensiva invitación al público en general en visitarlo, ubicado en Av. Riveras del Atoyac.

Lo que resalta de este asunto es que, los 218 puestos de este mercado han sido entregados por 78,000 pesos a personas como Alejandra Rivera, quién se prestó para hacer campaña contra el ambulantaje, exigiendo su reubicación y ahora que el proyecto se ha logrado, a pesar que la señora estaba en contra del comercio y supuestamente no quería nada con él, es premiada por el secretario municipal, Felipe Canseco, con dos puestos a nombre de sus hijos, Valeria del Rosario Sánchez Rivera y Alejandro Guillermo Sánchez Rivera, locales que, aunque aún no ha iniciado funciones el mercado, estos ya están en renta por ocho mil pesos cada uno.

Otros «afortunados», fueron vendedores que solo tenían permiso de venta en verbenas de temporada y prácticamente a cualquiera de los conocidos de ellos, que pudieron pagar los 78,000 pesos que puso como precio el municipio capitalino.

Cabe resaltar que está obra se realizó con aportaciones del gobierno federal a través de SEDATU, ni el municipio ni el estado invirtieron nada en ella, pero se toman la libertad de decidir a quienes le entregan los puestos.

Otros puestos de este mercado, fueron entregados a los mismos regidores del «Honorable» Ayuntamiento actual de Oaxaca de Juárez, quienes a su vez, los pretenden revender por 150,000 y hasta 200,000 pesos, dejando fuera a quienes deberían poder vender en ese mercado principalmente ropa típica y artesanías, liberando el Zócalo, Alameda y Centro Histórico del ambulantaje e invasores.

Este es una situación que no será permitida por los comerciantes de la Central de Abasto, quienes exigen se entreguen a quienes se les destinaron originalmente, limpiando así el Centro de Oaxaca y promoviendo una ciudad limpia y verdaderamente educada, como presume el Ayuntamiento que quiere convertir a Oaxaca de Juárez.

Además, no permitirán la competencia desleal para los 16,000 comercios que ya existen, pues los nuevos dueños que pretende imponer el municipio, no necesitan los locales, son personas pudientes que nada tienen que ver con el comercio, como Alejandra Rivera dueña de hoteles y los mismos regidores del actual municipio, quienes solo quieren rentar y revender los locales a personas que finalmente venderán los mismos artículos que ellos.

Si Francisco Martínez Neri realmente quiere hacer las cosas bien, que preste atención a este asunto y corrija, de lo contrario será un tema que explotará en sus manos y él mismo será responsable de lo que suceda, una ciudad educadora, comienza con acciones justas y sensatas por parte de las autoridades en turno, exigen los propios comerciantes.