Cada jueves, mediante un pronunciamiento a través de las redes sociales, el Ing. Aquiles Córdova Morán se dirige a los mexicanos para verter su opinión sobre temas de importancia para la vida política del país. Hace una semana, advirtió de la existencia de una comedia montada por el gobierno federal en el plan de reconstrucción a los daños causados por Ágatha, y anticipó que la ayuda que recibirían los afectados sería insuficiente. No pasaron muchas horas para que se comprobara su sentencia.
Un día antes de que el Presidente lanzara dicho plan, el Ing Aquiles señaló las consecuencias de la cancelación del Fondo para Desastres Naturales (FONDEN), que contaba con alrededor de 9,000 millones de pesos para ayuda en caso de emergencia, evitando el papeleo burocrático. En su lugar, se creó el Programa para la Atención de Emergencias en Amenazas Naturales, sin fondos propios y cuya tramitología provocará que los apoyos tarden incluso meses en llegar a los damnificados, pues se tendrán que hacer adecuaciones presupuestarias, con la posible afectación de otros programas federales y estatales.
Bueno, pues en la presentación del mencionado plan, en obsceno show de informes que repetían las acciones de ayuda, según fuera la Secretaría de la Defensa Nacional, de la Marina, de Hacienda y Crédito Público o del Bienestar, se habló de entrega de colchonetas, despensas, botellas de agua; de realización de patrullajes y operaciones aéreas con miles de elementos de las corporaciones; de instalación de centros de acopio, plantas potabilizadoras, cocinas, tortilladoras; de realización de consultas médicas, retiro de árboles, desasolve de ríos, etc., minucias todas -dada la magnitud del daño-, cuestiones inmediatas que se esperarían de cualquier autoridad en una situación como ésta. A ello se sumó el anuncio de entrega de recursos extraordinarios y de los programas del “Bienestar”.
Se entregará: a 20,219 familias, por daños menores en viviendas, 30 mil pesos y por perdida total 60 mil; a 24,518 familias por pérdidas en artículos del hogar, refrigerador, licuadora, estufa, colchón, ventilador y un juego de sartenes; a 2,857 por pérdida de ganado porcino, caprino o bovino, 15 mil, y si tienen dos pérdidas de éstas, 20 mil; a 7,612 productores de maíz, frijol y otros cultivos de ciclo corto, 5 mil; por daños en café y cacao, 10 mil; para 1,085 pescadores, 7 mil 200; para 18, 856 integrantes de Producción para el Bienestar, 11 mil; para 847 locales comerciales, 45 mil; 1,578 escuelas, recibirán entre 2022 y 2023, 581.2 millones; para reconstruir caminos, carreteras y puentes federales y estatales, 1,887 millones; 1,190 millones para que los municipios reconstruyan su infraestructura, en 3 rangos de 50, 30 y 20 millones, 50% ahora y 50% en tres meses; además, 740 millones en programas del Bienestar. En total, 6,513.9 millones…así desgranado parece mucho, sin embargo, el FONDEN abarcaba poco más de 9 mil millones de pesos.
El Presidente cerró su montaje con la acostumbrada demagogia con que ha adormecido a grandes sectores, con un lenguaje que emula la precaria vida de las clases pobres, llena de pintorescas y románticas añoranzas como la solidaridad y el trabajo comunitario; explotando, además, el odio a la corrupción casi generalizada de quienes gobernaron antes que la 4T, para que esa población inconforme se sienta por primera vez tomada en cuenta y, sobre todo, beneficiada directamente. Finalmente dijo que el gobierno estatal aportará 507 millones de pesos.
Se magnifica la inversión de 6,513 y se estandarizan los apoyos en categorías anárquicas e injustas, claramente insuficientes: no se construye una casa con 60 mil pesos; una estufa, refrigerador, licuadora, ventilador, colchón y un juego de sartenes no hacen funcionar un hogar; dar a los municipios 50, 30 y 20 millones para que arreglen lo que ellos crean conveniente, tampoco. Esas medidas son una criminal manera de calmar a quienes lo han perdido todo y llevan ya casi un mes escuchando declaraciones infamantes, en las que se asevera que se va a hacer lo necesario para que todo vuelva a la normalidad, esperando como siempre que la sociedad mexicana se canse de pedir la solución que nunca llega y siga su vida resignándose al olvido y al menosprecio gubernamental.
Con los días, se manifiestan con crudeza las consecuencias de la cancelación del FONDEN, por ejemplo, Saymi Pineda -miembro de la 4T por cierto-, Presidenta de San Pedro Pochutla, denunció: “Vinieron servidores de la Nación de otras partes de la República…pero no conocen el territorio, además, no hubo coordinación con las autoridades auxiliares…ellos solo caminaron donde veían las viviendas en mal estado…no caminaron los cerros, por ello muchas personas no fueron censadas, más del 40%, lo que ha causado molestias… otra problemática es que muchas viviendas eran rentadas y entonces el apoyo no lo recibió el propietario sino el que rentaba, lo que ha provocado problemas legales” (www.ororadio.com.mx/2022/06).
Ella y otros munícipes, piden se haga otro censo de manera correcta.
La realidad prueba a cada paso que el líder del antorchismo, como ningún dirigente social en el país, ha vertido análisis certeros, pero sobre todo, ha señalado la ruta por la que nos debemos dirigir para encontrar solución a todos los males sociales que aquejan a los mexicanos; y si hoy, algunos tienen una idea errónea y prejuiciada del Movimiento Antorchista, es porque el Presidente, como muchos poderosos y políticos que han llevado al país al caos, la pobreza y la crisis generalizada en que hoy nos debatimos, conscientes del peligro que significamos para sus intereses, se han encargado de crear en la opinión pública la idea de que somos parte de esa corrupción que dicen combatir, para lo cual nos han embarrado de lodo y de calumnias. Pero los hechos, que son la única prueba de verdad, demuestran siempre si lo que se dice o se piensa de sí mismo o de alguien más, es cierto.
A la luz del video que el ing. Aquiles Córdova presentó a los mexicanos hace dos semanas con motivo de este lamentable suceso, que tiene a miles de oaxaqueños en un indecible sufrimiento, cabe recordar que ha dirigido este análisis desde hace casi cinco décadas a todos los pobres del país, para que se concienticen de su realidad, y de manera organizada y decidida defiendan su derecho a una vida más digna y decorosa.
Los antorchistas de esta entidad tomaremos con más enjundia y convicción la tarea de conformar una estructura de líderes capaces, pero sobre todo decididos, a convencer a los millones de ciudadanos que viven en la pobreza, de que la solución a través de los presidentes y autoridades no son la mejor manera de defenderse, este suceso que aquí expongo lo demuestra, al final de cuentas la autoridad superior los presionará y, ellos, interesados por cuidar su puesto o su administración y futuro político, se someterán al mandato federal. Hoy más que nunca ha llegado la hora de formar una nueva fuerza, capaz de generar políticos y gobernantes dignos y a la altura de los grandes hombres que ha dado Oaxaca a la historia de nuestra Patria.
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